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Mostrando las entradas de junio, 2019

La leyenda de Chuzalongo

Cuenta la leyenda, que en la costa de Ecuador, un agricultor tenía sus ganados en lo alto del monte. Una noche cayó una tormenta muy fuerte, preocupado por su ganado, mandó a sus dos hijas a que guardasen el ganado en el granero.  Las hijas, muy obedientes, fueron a hacer lo que su padre les ordenó, cuando terminaron de guardar todo el ganado, cerraron la puerta y al darse vuelta se dieron con la sorpresa de que un pequeño ser, de rostro blanco, labios gruesos y morados, nariz chata, orejas grandes, ojos verdes pequeños con un punto negro de fuego en el centro. Este ser tenía un pelo corto, ralo y tieso, con el cuerpo cubierto de escamas de pescado, las estaba esperando tras la puerta. Ellas gritaron con todas sus fuerzas, pero nadie las escuchó. Después de muchas horas, y al ver que sus hijas no regresaban, el hombre tomó su escopeta y fue hacia la cabaña, encontrando una escena terrible, sus hijas estaban descuartizadas y a lo lejos vio como una pequeña criatura huía....

El Relato de Chuzalongo

El “chuzalongo” vive en las montañas; allí se encuentran las pisadas, es del tamaño de un niño de seis años, con el cabello largo y sucu; del ombligo le sale un miembro como un bejuco de “chuinsa”. Para que no “aviente” el aire malo del chuzalongo que causa la muerte, se entra en la montaña, se rompe una rama y se marca; así ya ni puede hacer   nada. Cuando está marcado ya no ataca a nadie, es muy juguetón e inquieto y ya no hace nada; pero en cambio tiene un “humor malo”, después de un momento da un “aire fuerte” y le deja cadáver a una persona. Se cuenta que un agricultor tenía sus tierras en lo alto del monte, una noche cayo una tormenta y él, muy preocupado por el ganado solo, mando a sus dos hijas a encerrarlos en el granero, ellas llegaron amarraron al ganado y se entraron en la cabaña.  Alguien golpeo la puerta abrieron y no había nadie, se dieron la vuelta y era un pequeño ser con un enorme miembro viril enroscado en su cuerpo gritaron; pasaron las horas y ...

LA LEYENDA DE CHUZALONGO

La leyenda de El gallo de la Catedral

Había una vez un hombre muy rico que vivía como rey. Muy temprano en la mañana comía el desayuno. Después dormía la siesta. Luego, almorzaba y, a la tarde, oloroso a perfume, salía a la calle. Bajaba a la Plaza Grande. Se paraba delante del gallo de la Catedral y burlándose le decía: – ¡Qué gallito! ¡Qué disparate de gallo! Luego, don Ramón caminaba por la bajada de Santa Catalina. Entraba en la tienda de la señora Mariana a tomar unas mistelas. Allí se quedaba hasta la noche. Al regresar a su casa, don Ramón ya estaba coloradito. Entonces, frente a la Catedral, gritaba: – ¡Para mí no hay gallos que valgan! ¡Ni el gallo de la Catedral! Don Ramón se creía el mejor gallo del mundo! Una vez al pasar, volvió a desafiar al gallo: – ¡Qué tontería de gallo! ¡No hago caso ni al gallo de la Catedral! En ese momento, don Ramón sintió que una espuela enorme le rasgaba las piernas. Cayó herido. El gallo lo sujetaba y no le permitía moverse. Una voz ...

¿Qué debes saber?

¿Qué debes saber? Esta leyenda quiteña   se originó en el Centro Histórico de Quito. Una de las leyendas ecuatorianas que han permitido dar una valiosa lección al personaje que cuenta ésta leyenda. Don Ramón Ayala y Sandoval era un sujeto que tenía mucho dinero y que además le encantaba la vida nocturna. Entre sus aficiones preferidas destacaba el tocar la guitarra y desde luego el beber acompañado de sus amigos. Se decía que su corazón le pertenecía a Mariana, una joven que vivía en las cercanías de su hacienda. La rutina diaria de don Ramón no cambiaba en absoluto. Se levantaba a las 6:00 de la mañana y después se disponía a desayunar. El almuerzo consistía en un bistec asado acompañado de papas y huevos fritos. Todo eso acompañado de una taza de humeante y espumoso chocolate. Luego de saciar su apetito, se dirigía a la biblioteca, en donde disfrutaba leyendo un rato. Posteriormente, regresaba a su habitación para tomar una “merecida” siesta. Después se leva...